1. Observación. Cuando adquirimos una taza, primero debemos observar su apariencia y textura. Una buena taza tiene un esmalte suave, un color uniforme y sin distorsión en la boca. Luego depende de si el asa de la taza está instalada correctamente. Si hay una inclinación, significa que la taza es un producto defectuoso y la contracción del esmalte no puede ocurrir en el lugar donde se conecta el cuerpo de la taza. Si hay una inclinación, significa que la taza no es lo suficientemente fina. También podemos apuntar la taza al sol. Una buena taza debe tener cierta transmisión de luz.
2. Escucha. Para escuchar el sonido de la taza, podemos golpearla con los dedos. Una buena taza emitirá un tintineo nítido. Si el sonido no es nítido, podemos juzgar que la taza está hecha de materiales mixtos. De manera similar, debemos escuchar el sonido de la tapa de la taza y el cuerpo de la taza en la unión. Si el sonido es claro y tiene un pequeño eco, entonces la calidad de la taza es buena.
3. Toque. Toque el cuerpo de la taza con la mano para comprobar si está liso, sin agujeros ni defectos y comprobar que la calidad de la taza es buena. También debe prestar atención a que la base de la taza no se adhiera a la misma debido a una operación de esmaltado incorrecta.
Estas son tres formas sencillas de identificar la calidad de una taza. Si buscas personalidad, puedes seguir personalizando tu propia taza después de haberla elegido.